Hablar de San Salvador El Verde es invocar la leyenda del Señor del Verde, una figura envuelta en misterio y devoción, cuyo origen es tan incierto como su llegada a este lugar. Nadie sabe con certeza quién la creó ni de dónde salió, pero su historia, arraigada en la tradición oral, ha cruzado generaciones, consolidándose como un relato de fe y milagros.
La leyenda cuenta que, en un tiempo perdido en los siglos, el Señor de la Preciosa Sangre de Cristo inició un largo peregrinaje. Uno de los lugares que marcó su recorrido fue La Preciosita, una pequeña población en el actual municipio de Tlahuapan. Dicen que su paso por allí inspiró el nombre del sitio, aunque el motivo de su partida sigue siendo un misterio.
Una humilde mulita cargó la gran caja que contenía al Señor y lo llevó por caminos que lo condujeron a San Martín Texmelucan, donde nuevamente enfrentó el rechazo. La mulita, incansable en su andar, avanzó hasta las tierras de Aztotoacan. Allí, agotada y sedienta, al remover unas piedras con sus pezuñas, hizo brotar un manantial cristalino. Este manantial, que durante siglos alimentó la región, es hoy solo un recuerdo, apagado por el paso del tiempo y el uso agrícola.
Finalmente, el Señor llegó a San Salvador El Verde. Fue aquí donde el destino de la imagen y su fiel acompañante tomó un giro trascendental.
La Mulita y el Árbol del Milagro
La mulita, tras cumplir su misión, se recostó en el panteón y murió. En un acto poco común, los pobladores, movidos por la gratitud y la fe, decidieron enterrarla en el mismo lugar. Poco tiempo después, de su tumba brotó un arbusto peculiar que, hasta el día de hoy, florece con extraordinaria belleza. Este arbusto, conocido localmente como “trompetilla” o “campanilla”, no es solo una planta; es un símbolo de la fe y los milagros que rodean al Señor del Verde.
Lo más extraordinario de este arbusto-árbol es su resistencia a las adversidades. A lo largo de los siglos, ha enfrentado numerosas pruebas. En más de una ocasión, por descuido o por manos malintencionadas, el árbol ha sido quemado. Sin embargo, pese al fuego y el tiempo, se ha alzado una y otra vez, más fuerte y vivo que antes, como si cada reto fortaleciera su vínculo con la fe de quienes lo veneran.
Durante la Cuaresma y la Semana Santa, su follaje se vuelve especialmente exuberante, atrayendo a los devotos que recogen sus flores, las secan y las preparan en té, convencidos de sus propiedades curativas. Aunque la ciencia no le atribuye virtudes medicinales, para los fieles, el poder sanador proviene de la fe misma.
La Disputa por el Señor: El Desafío Inolvidable
La llegada del Señor del Verde a San Salvador El Verde no estuvo exenta de conflicto. Cuando los habitantes de San Martín Texmelucan supieron que la imagen había encontrado un hogar en este pequeño pueblo, decidieron reclamarla. Creían que les pertenecía y que debía ser llevada de vuelta a su comunidad.
Organizaron una solemne procesión para recuperar la imagen. Hombres fuertes, preparados para cargarla, emprendieron el desafío con determinación. Sin embargo, lo que ocurrió dejó a todos atónitos: al intentar mover al Señor del Verde, la imagen se volvió tan pesada que ni con el esfuerzo conjunto lograron levantarla. Algunos aseguraron que pesaba tanto como una montaña; otros creían que era un mensaje divino, una señal de que su destino no estaba en San Martín Texmelucan.
Tras varias horas de intentos fallidos, los pobladores decidieron desistir y devolver la imagen a su lugar en el templo de San Salvador El Verde. Para su sorpresa, apenas comenzaron a retroceder, el peso de la imagen disminuyó drásticamente, al punto de poder moverla con facilidad. Esto se interpretó como la voluntad del Señor de permanecer en el lugar donde había sido acogido con tanta fe y devoción.
El desafío por llevarla de vuelta marcó profundamente a ambas comunidades. Para los habitantes de San Salvador El Verde, la permanencia del Señor en su pueblo reafirmó su vínculo espiritual y convirtió al lugar en un centro de devoción y milagros. Desde entonces, el Señor del Verde no solo es el protector de su gente, sino también un símbolo de la fe que trasciende los límites humanos.
El Señor del Verde un Legado de Fe y Milagros
Aquel episodio es recordado como un acto extraordinario que selló el destino del Señor en este pueblo. La resistencia del árbol-arbusto, el milagro del manantial y el desafío por trasladar la imagen hacen de esta historia una de las leyendas más sorprendentes y significativas que enriquecen el legado cultural de San Salvador El Verde.
Esta narración no solo habla de eventos sobrenaturales, sino también del profundo vínculo espiritual de los habitantes con su tierra y sus tradiciones. El Señor del Verde es más que una figura religiosa; es un emblema de la fortaleza, la fe y los misterios que han forjado la identidad de este municipio.
En el corazón de esta comunidad, donde las raíces del pasado se entrelazan con el presente, la leyenda del Señor del Verde continúa maravillando a quienes escuchan su relato. Es un recordatorio de que lo extraordinario puede surgir en los lugares más inesperados, dejando una marca indeleble en la historia y la memoria colectiva de su gente.
Pérez Aguilar, Maximilino. Cuaresma y Semana Santa: La religiosidad y la tradición secular en la veneración al Señor de la Preciosa Sangre de Cristo en su Santuario en la Villa de San Salvador El Verde, Puebla. 2024.
Pérez Aguilar, Maximilino. Relatos, leyendas y algo de Max… Tomo II. 2017.
Deja un comentario